Patricia Chandomí.- 4 de cada 10 personas migrantes desaparecidas del 2000 al 2010 en la frontera sur de México son mujeres, de 400 personas desaparecidas el 80 por ciento tuvo el último contacto con sus familiares de Centroamérica en el municipio fronterizo de Tapachula, Chiapas, informó Aldo Ledón de la organización civil chiapaneca, Voces Mesoamericanas.
En el marco del día de las personas migrantes que se celebra hoy, organizaciones civiles dieron a conocer el informe "Abismo entre la palabra promulgada y la acción ejercida: la gestión migratoria de Juan Sabines Guerrero".
Entre las organizaciones civiles que trabajan con personas migrantes en la frontera sur de México, de manera especial en el municipio fronterizo de Tapachula y que fueron parte de este informe se encuentran Enlace, Capacitación y Comunicación, Iniciativas para la Identidad y la Inclusión (INICIA) y Voces Mesoamericanas denunciaron que uno de los grandes obstáculos para visibilizar las condiciones particulares de la migración de mujeres es el sub-registro, no sólo de los propios flujos migratorios, sino también y sobre todo de las violaciones a los Derechos Humanos sufridas por las migrantes.
Las mujeres migrantes que atraviesan la frontera sur son víctimas de secuestro, abuso y violaciones sexuales, uso de fuerza, abuso de autoridad, trata de personas, extorsión, agresiones físicas y verbales, condiciones irregulares de detención y violación al debido proceso.
También son víctimas de desaparición, en este tema, son las madres que se quedan en el lugar de origen de las mujeres migrantes, las primeras en buscar a sus hijas e hijos.
Por otra parte, las organizaciones denunciaron que existe un porcentaje muy bajo de mujeres migrantes que son violentadas que denuncian, sobre todo si fueron agredidas física, sexual o verbalmente por autoridades, ya sean policías, agentes de migración y otros, hay un temor infundido por los perpetradores, así como de la frustración generada por experiencias previas de un sistema de acceso a la justicia de poca o nula eficacia en México, señaló Ana Elena Barrios, de la organización civil Enlace.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos denunció que en el periodo de septiembre de 2008 a febrero de 2009, se documentó una cifra de 9 mil 758 víctimas migrantes de secuestro, de los cuales el 55 por ciento se realizaron en el sur del país.
Los organismos civiles denunciaron que los agresores sexuales muchas veces usan a las mujeres migrantes como “body card”, o pase para pagar a otros hombres durante su tránsito por México, de acuerdo con Amnistía Internacional, 6 de cada 10 mujeres migrantes de Centroamérica que atraviesan la frontera sur de México, son violadas.
Las mujeres migrantes que viajan solas y con poco dinero, son las más vulnerables a sufrir violaciones sexuales, e incluso su cuerpo es una herramienta de protección.
Según datos del informe En Tierra de Nadie, mujeres y niñas indígenas guatemaltecas son trabajadoras sexuales en condiciones de poco control sanitario vulnerabilidad, pues muchas son víctimas de Trata de personas.
En este informe también se señala que, en la región del Soconusco, se ve a la mujer como objeto sexual, lo que sigue dirigiendo la oferta y la demanda de ese mercado
El Observatorio de Derechos Humanos y Migraciones en la Frontera Sur de México, difundió el 12 junio 2012 denuncias ciudadanas de organismos no gubernamentales encargados de la defensa de migrantes, que ventilan que en el parque central Miguel Hidalgo, de Tapachula se comete el delito de trata.
Las mujeres migrantes además de todos los delitos a los cuales se exponen, son más vulnerables a ser víctimas de trata y violación sexual, las violaciones pueden ser tumultuarias y sin protección, es decir, además de vivir esta experiencia sobre su cuerpo, pueden quedar embarazadas o infectadas por alguna enfermedad de transmisión sexual.
A pesar de que desde el 2007 se cuenta con una Cartilla de Salud del Migrante que se otorga en cada consulta médica y cuenta con información de Unidades de Salud en la ruta migratoria, como una forma de llevar un control sanitario de las y los migrantes que transitan por nuestro territorio, las mujeres migrantes pocas veces acuden a este servicio por temor a ser denunciadas y detenidas por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).
“No existe una política de atención a la salud de las mujeres migrantes, las acciones o esfuerzos dependen más de la voluntad de algunas y algunos funcionarios y no de las instancias gubernamentales como tal. En ninguna Unidad de Salud se cuentan con servicios de traducción para la atención a mujeres migrantes indígenas lo que impide, en muchas ocasiones, brindar una atención adecuada Chiapas, uno de los principales estados fronterizos de la zona sur de México” señaló Miguel Ángel Paz de la organización Voces mesoamericanas.
Asimismo, las mujeres migrantes tienen problemas de acceso a la identidad para sus hijas e hijos nacidos en México, situación que limita la posibilidad de que accedan a derechos fundamentales como a la salud y a la educación.
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