Rechazan indígenas de Chenalhó imposición de una ciudad rural en su territorio
• Ciudades rurales inventadas desde 500 años para hacer fácil y eficiente el control de la población para cobrarle tributos (impuestos) y utilizarla como mano de obra barata.
Patricia Chandomí.- El Pueblo Creyente de la Parroquia de San Pedro Chenalhó, el Consejo Parroquial, Zonas, coordinadores y agentes de Pastoral rechazaron la imposición de una ciudad rural, debido a que consideran que se amenaza su existencia física, cultural y espiritual.
Los sotsiles consideraron que las ciudades rurales son graves ataques a su identidad y supervivencia, pues la globalización económica y cultural pone en peligro su propia existencia como pueblos diferentes.
“Nos preocupa que el proyecto de las ciudades rurales se impongan y no se le consulte al pueblo si está de acuerdo o no, y si hace cierta consulta es a base de mentiras y omisiones, el gobierno no dice claro lo que trae realmente este megaproyecto si es para bien o para mal del pueblo por ejemplo no explica qué es la “Reconversión productiva” quienes son los beneficiarios de esta Reconversión. Las ciudades rurales no la inventaron los gobiernos estatal y federal de este sexenio, sino tiene su historia desde hace muchos años atrás, por ejemplo; desde la colonización de América Latina que en ese tiempo no se llamaban ciudades rurales, se conocían como reducciones” expresaron los indígenas.
Lo anterior sostuvieron “con el objetivo de hacer más fácil y eficiente el control de la población para cobrarle tributos (impuestos), utilizarla como mano de obra para las minas, las plantaciones (la más frecuente era la de caña de azúcar) y para la misma construcción de las ciudades de los españoles y por supuesto, para su control político y militar. Es verdad que entonces, así como ahora, se alegaba que también habría ventajas para la población directamente afectada; que la concentración poblacional permite brindarles, el acceso a los servicios básicos de agua potable, educación, salud, etc. según para combatir la pobreza aquí en Chiapas”.
Por todo lo anterior rechazaron la imposición de una ciudad rural; “está claro que este plan es para que abandonemos nuestras tierras y que empresas trasnacionales las ocupen y una vez que estemos concentrados nos puedan controlar y obligarnos a sembrar otros cultivos que ya no van a ser la milpa, el frijol, etc”.
Entre los firmantes se encuentran Ernesto Gutiérrez Pérez, Tomás Pérez Arias, Alberto Pérez López, Sebastián Jiménez Sántiz, Manuel Ortiz Gutiérrez, Enríque Pérez Ruiz, Juan Sántiz Jiménez, Vicente Ruiz Pérez, Agustín Ruiz Gutiérrez, Mariano Gutiérrez Saramango, Victorio Pérez Pérez, Miguel Pérez Sántiz, Antonio Pérez Sántiz, Armando Pérez Paciencia, Miguel Vázquez Pérez Catarina Sántiz Guzmán, María Guzmán Gómez, Alicia Gómez Gutiérrez , María Pérez Gómez Verónica Arias Pérez , María Pérez Gómez, Albertina Pérez Pérez, Pedro Luna Ramirez, Javier Guzmán Pérez, María Jiménez Ortiz, Armando Santiz Gómez, entre otros y otras más.
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