Patricia Chandomí.- De acuerdo a una entrevista realizada al grupo guerrillero mxicano Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo, el levantamiento del EZLN tuvo importantes repercusiones en todas las organizaciones político-militares existentes no sólo en México, sino en América Latina, incluso a nivel internacional.
De igual modo, aseguró que tuvo un impactó no sólo a la izquierda revolucionaria sino a toda la estructura de la sociedad nacional y de algunos sectores sociales de otros países en donde, también se hizo evidente tal huella; sobre todo, después de las caídas del socialismo real en Europa del Este (que no del ideal socialista), del Muro de Berlín en Alemania y de la misma URSS, cuando diversas organizaciones políticas y político-militares se sumieron en una profunda crisis político-ideológica y los panegiristas del fin de las ideologías y de la historia concluyeron que el capitalismo neoliberal era la última opción de desarrollo y que sólo era necesario “ponerle un rostro humano”.
Por otro lado, los movimientos revolucionarios de América Central, del Perú y Colombia no sólo no triunfaron, sino que además en varios de ellos la derecha recuperó electoralmente lo que los tres frentes –URNG, FSLN y FMLN—habían trastocado militar y políticamente.
La entrevista disponible en Internet en el sitio del Centro de Documentación y Movimientos Armados (CEDEMA) manifiesta que el surgimiento y el levantamiento del EZLN vino, en principio, a poner en crisis tales tesis neoliberales exhibiendo cuan equivocadas estaban y que tenían el firme propósito de justificar lo que era ética y políticamente inadmisible: el fin de la utopía del ideal socialista.
En seguida, mostró que en nuestro continente y nuestro país –pero no sólo en ellos-- existían razones de peso para continuar luchando en tal dirección. Reveló, asimismo, que las organizaciones existentes (pensemos en el PROCUP-PDLP), pese a que sobrevivieron a las políticas de exterminio impulsadas por el Estado, no pudieron salir del aislamiento y del marasmo que han caracterizado a la mayoría de los movimientos revolucionarios en México y desveló que la vía revolucionaria armada, seguía siendo legítima para hacerse escuchar y para alcanzar el objetivo de una transformación radical –de raíz—de nuestras condiciones materiales de existencia, ética y políticamente inadmisibles.
Y, sobre todo, puso de manifiesto la lucha por los derechos y la cultura de los pueblos indios, como ninguna otra organización revolucionaria lo había hecho, contribuyendo a comprender la cuestión de la “alteridad” y la importancia y potencialidad de ésta en la construcción del sujeto múltiple, revolucionario y transformador, en nuestro país.
Este conjunto de hechos generó una profunda reflexión y análisis autocrítico, al interior de la estructura de Tendencia Democrática, lo que los llevó a elaborar una serie de opciones y alternativas que dieran salida al marasmo en el cual se encontraban.
“El levantamiento del EZLN vino a ser un acicate en la convicción de la necesidad de la revolución y, sobremanera, de la reorganización de nuestras estructuras y enfoques de la acción revolucionaria, en resumidas cuentas, el levantamiento zapatista aceleró el proceso de formalización y oficialización del EPR”, puntualizaron.
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