Patricia Chandomí.- Para el académico Juan Manuel Contreras Urbina existe una legitimación de la violencia hacia las mujeres que se expresa en la escasez de sanciones para el sujeto violento y en el poco apoyo que se da a las mujeres violentadas, desde las familias, hasta en las instituciones encargadas de velar por su bienestar.
“Hay bajos costos sociales para el atacante y un aislamiento de las mujeres con redes solidarias, la economía de la mujer al depender del marido la hace más vulnerable” explicó.
Contreras Urbina experto en el estudio de masculinidades señaló que hay formas de masculinidad que legitiman y reproducen la violencia contra la mujer, asociados principalmente a las formas de control y poder de los varones sobre las mujeres.
De acuerdo a un estudio que realizó con varones, hay circunstancias donde la sociedad interviene poco para frenar la violencia contra las mujeres, “están comprendidas en la transgresión de los papeles de género. Sin embargo, es el ámbito sexual donde los hombres se sienten autorizados a ejercer “disciplina” violenta contra sus pajeras sino cumplen sus expectativas sexuales inicialmente depositadas en ella”, explicó.
Contreras Urbina, explica que la percepción por parte del varón y de la sociedad de una transgresión a las normas se convierte en una condicionante de alto riesgo para que la mujer viva violencia.
“Hay tres aspectos de control de la sexualidad femenina que están relacionados con la legitimación de la violencia; relación de la mujer con otros varones; relaciones premaritales; negación a tener relaciones”.
La violencia hacia la mujer no es un fenómeno reciente, a raíz de los movimientos feministas, la violencia fue reconocida como un problema muy serio, para el investigador existe una aparente contradicción entre la legitimación de la violencia social al uso de la violencia contra la mujer por parte de la sociedad y, a su vez, la condena a este problema que la misma sociedad establece.
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