Cuando murió el padre de Amalia, ella tuvo que emigrar al norte del país para conseguir un mejor empleo y poder apoyar a su familia que se quedaba en el ejido. En ese tiempo conoció a su esposo Reynaldo Rafael Valentín, originario del municipio Eduardo Neri, Guerrero, indígena hablante de la lengua náhuatl.
Fue hasta el año pasado que Amalia decidió regresar a su Ejido ya con su esposo e hija. Sin embargo, el presidente del comisariado ejidal de Bella Vista del Norte, Eduardo Pérez Roblero promovió la expulsión de su compañero por el simple hecho de ser “fuereño”.
La expulsión, decidida en Asamblea, se basó en el artículo 37 del Reglamento Interno del Ejido, a pesar de que el Tribunal Agrario del Distrito 4 lo declaró nulo.
El Centro de Derechos Humanos de la Mujer de Chiapas responsabilizó a la Procuraduría Agraria y demás autoridades competentes que han permitido que una disposición claramente violatoria de derechos, fuera asesorada y avalada con su inclusión en el Reglamento Interno del Ejido y hasta la fecha no se hayan tomado acciones concretas para sensibilizar a los ejidatarios respecto a los derechos de las mujeres, a pesar de ya existe una recomendación por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)".
Dicha Ley sólo aplica para las mujeres, ya que los varones del Ejido pueden elegir libremente a las mujeres del lugar que deseen, sin que por ello se vean en la circunstancia de perder sus derechos de participación, o vivir la expulsión de su compañera del Ejido.
La injusta sanción que la Asamblea impuso a Amalia, representa una clara violación a los derechos de las mujeres, a la Constitución y a las demás normas jurídicas nacionales e internacionales que garantizan la igualdad entre hombres y mujeres argumenta el Centro que ha atraído el caso.
Pérez Roblero promueve también desde 2009 la expulsión de Amalia, la salida del señor Reynaldo Rafael Valentín y la privación de los derechos ejidales del señor Maurilio Vázquez Hernández, cuñado de Amalia, debido a que éste último le vendió un “terrenito” a Amalia para poder vivir con su compañero y la hija de ambos, de 8 años de edad.
Maurilio ha vivido varias intimidaciones, desde el pasado 29 de noviembre por acuerdo de asamblea, le cortaron el agua y la luz por apoyar a su cuñada.
Amalia es la primera mujer del Ejido que ha decidido enfrentar esta situación al acudir a un Centro de Derechos Humanos para recibir asesoría, toda vez que otras mujeres decidieron separarse de sus parejas, o vivir en lugares separados para evitar ser sancionadas.
Hace unos días, Amalia envío al gobernador de Chiapas un documento en el que expone la misoginia, el machismo y la exclusión que viven las mujeres del Ejido que deciden vivir con una persona ajena a la comunidad y le exige que cuanto antes atienda esta situación que va en detrimento de las condiciones de vida de las mujeres de Chiapas.
10/PCH/LR/LGL
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